Hoy Neruda hubiera cumplido 105 años. No es una conmemoración significativa, en el sentido de que no es un centenario ni nada de eso que sirve de excusa para quitar las telarañas a la memoria y hacer un poco de marketing con la memoria de las gentes y de las cosas. Los que gustamos de la palabra no necesitamos de esas celebraciones. Siempre hay algo, por muy insignificante que pueda parecer, que nos hace recordar y celebrar que sabemos, conocemos y disfrutamos de su palabra hecha poesia. Me llama la atención, y me agrada, que hoy, Google, dedique el logo de su buscador al poeta de Isla Negra. También aquí, en este pequeño rincón de la red de redes, queremos recordar este aniversario imposible.
Si quereis oir su voz, pinchad en el logo de google.
En su casa de Isla Negra, frente al mar, están estas campanas que el poeta utilizaba para saludar a los barcos que se acercaban a la costa y también para que la gente del pueblo supiera, que el viejo poeta loco acababa de llegar a Isla Negra.
Hora por hora no es el día,
es dolor por dolor:
el tiempo no se arruga,no se gasta:
mar, dice el mar,
sin tregua,
tierra, dice la tierra:
el hombre espera.
Y solo
su campana
allí está entre las otras
guardando en su vacío
un silencio implacable
que se repartirá cuando levante
su lengua de metal ola tras ola.
De tantas cosas que tuve,
andando de rodillas por el mundo,
aquí, desnudo,
no tengo más que el duro mediodía
del mar, y una campana.
Me dan ellos su voz para sufrir
y su advertencia para detenerme.
Esto sucede para todo el mundo:
continúa el espacio.
Y vive el mar.
Existen las campanas.